Las banderas se ondeaban, Pumas y Águilas gritaban al cielo los cánticos que a sus equipos dedicaban. "Goya, goya, cachun cachun ra ra cachun cachun ra ra, Goya Universidad" se escuchaba a lo largo del Estadio Azteca.
Los goles caían y la Rebel rugía como un Puma enjaulado que apenas acababa de ver la luz, la afición americanista sufría, como ya tenía un tiempo que no lo hacía y es que con un desatinado "Topo" y un "Maza" sin cabeza, los azulcremas simplemente esperaban el inevitable pitido final.
Daniel Ludueña fue el encargado de acabar con las ilusiones de los aficionados Águilas que, a pesar de lo malo, alentaron a su equipo.
"Como no te voy a querer, como no te voy a querer, si mi corazón azul es y mi piel dorada, siempre te amaré" así se inundaba el Coloso de Santa Úrsula con el grito Puma que no sólo ganó en la cancha, también en las tribunas.
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